Ecocidio e ironía en Xochimilco por la filmación de las series Hernán y Mexica.
Autonomía San Gregorio
Difusión Atlapulco
Max Emiliano Negrete González[1]
Difusión Atlapulco
Max Emiliano Negrete González[1]
Ponencia presentada el 16 de enero de 2020 en la Jornada La lucha de los pueblos originarios de la Ciudad
de México por la defensa del medio ambiente, el agua y el territorio en el
marco del Taller por la Defensa de los Territorios, llevada a cabo en la Sala
Bonfil Batalla de la Coordinación Nacional de Antropología, CDMX.
Atlapulco siendo uno de los 14 pueblos originarios de Xochimilco, y uno de los más antiguos de toda la Cuenca de México, que ha mantenido estructuras sociales y materiales que lo caracterizan desde tiempos prehispánicos, tales como su sistema chinampero, de siembra cerril por terrazas o bien la estructura urbana y religiosa, nos llevan a considerar de manera muy específica el hecho de que se vayan a filmar escenas de la serie Mexica por parte de la compañía Amazon Prime (Pantoja, 2019-2), y que se hayan grabado antes capítulos de la serie Hernán de Grupo Salinas (Pantoja, 2019-1), pues ambos casos tratan de un tema de una nada menor importancia, pues tratan la Conquista de México.
A lo anterior se le suma la relevancia de que se realicen
sets en la zona ejidal, misma que recubierta por residuos de construcción, es
considerada inutilizable para los propósitos agrícolas, pero que en ningún
momento se ha dado declaraciones respecto a las causas de que esto sucediera,
ni mucho menos de la restauración del daño provocado, tanto por las autoridades
ejidales como por las de la Ciudad de México.
La cuestión
ambiental.
Si comenzamos por la problemática ambiental, encontramos
que los ejidos de San Gregorio Atlapulco y Xochimilco, ubicada al norte de la
actual alcaldía, es un Área Natural Protegida con carácter se Zona de
Conservación Ecológica y que fue aprobado en 2006 ( Gaceta Oficial del Distrito Federal, 2006), además de que es
el sitio Ramsar número 1363 (CONANP), por ser uno de los últimos humedales de
la Cuenca de México que mantienen flora y fauna endémica y migratoria con el
riesgo de la creciente expansión urbana; por supuesto, se le añade el título de
Zona de Patrimonio Mundial que declaró la UNESCO en 1987 por mantener el
sistema chinampero desde tiempos prehispánicos.
Podemos ver que el sitio no es únicamente otro ejido
común, sin menospreciar las demás propiedades comunales, sino que es una zona
con gran importancia natural por ser de los pocos espacios restantes que han
resistido a la urbanización interminable de la ZMVM (Zona Metropolitana del
Valle de México), proveyendo a la urbe de un sistema para la mejora de la
calidad del aire y filtración de agua al subsuelo en una ciudad cuya
contaminación es cada vez más preocupante, los hundimientos de suelo son
constantes y crean problemas desde baches en las avenidas hasta las graves
consecuencias que se vivieron en el 19-S del 2017.
A pesar de ofrecer tales servicios ambientales de forma completamente gratuita (como lo
dirían desde una perspectiva que cosifica a la naturaleza), encontramos que la
retribución al lugar es casi nula con la entrada de cascajo al lugar, la
entrada de proyectos fílmicos que acarrean toneladas de arena y grava para
lograr un perfecto spot, aún con
importantes declaratorias nacionales e internacionales para la protección del
lugar.
Revisando el problema del depósito de toneladas de
residuos sólidos en el ejido, encontramos que, según la Procuraduría Ambiental
del Ordenamiento Territorial de la CDMX, genera graves “impactos en: agua,
aire, suelo, flora y fauna, ecosistemas […] así como la saturación en los
sitios de disposición final, entre otros” (PAOT, 2010:23-25).
Hablando de los efectos en los “recursos hídricos” (PAOT,
2010:23-25) la mezcla de los residuos de construcción con otros, sin
tratamiento alguno, contamina aguas superficiales y puede ocasionar obstrucción
de canales, manifestándose “en su azolvamiento, se pierde profundidad, aumenta
la exposición al calor, la temperatura y la evaporación, disminuye el oxígeno
disuelto, se deteriora severamente el ecosistema”, además de que el suelo
afectado se compacta por el peso, impidiendo la filtración natural de agua
pluvial, aumentando las escorrentías y velocidad del agua.
Las afectaciones a la fauna se ven mayormente en su
reubicación, en la flora por su remoción y entrada de especies exóticas, y
finalmente, sucede la saturación porque este sitio no está diseñado para
acomodar la alta densidad y peso del cascajo. Al depósito de este tipo de
residuos, se le añaden los sets que fueron permitidos ingresar por la falsa
idea de que son proyectos integrales y retributivos, pero ¿qué retribución
habrá si sobre los residuos de construcción, añaden camiones enteros de grava,
arena y construcciones en concreto y unicel?
La serie Hernán ya fue acusada por causar daños al lugar,
siendo multada Dopamine SA de CV por más de 74 millones de pesos, pero
interponiendo un amparo para no pagar la multa (Pantoja, 2019-2), negando así
su irresponsabilidad con el lugar y sus habitantes, además de negar la justicia
ambiental que tanto debe ser atendida.
El ejido es resultado de una lucha intensa por el campo,
de una resistencia a la compra por parte de empresas y de la propiedad privada,
todo con el fin de obtener un sustento en la agricultura y a las raíces
culturales que el pueblo de Atlapulco y Xochimilco tienen en su territorio, sin
embargo, los permisos por parte de autoridades de la CDMX, fueron emitidos sin
problema alguno, se alega el nulo uso del espacio donde se realizaron las
producciones, pero no se esclarece el por qué se permitió un atropello de tal escala a un
espacio de relevancia internacional en el ámbito ecológico.
¿Qué tanto será cierto la inmensa propaganda que la
administración de Claudia Sheinbaum realiza para hacer de la Ciudad de México
una Ciudad Sustentable si pasa por
alto estos hechos (e inclusive celebre la filmación de Amazon?, ¿qué tan
activista es realmente Javier Bardem si reclama la protección del océano
Antártico, entra a Greenpeace (El País, 2019) y no ha dicho absolutamente nada
sobre los impactos ambientales en Xochimilco por la serie que el protagonizará?,
¿será que volverán a imperar los intereses privados en forma de proyectos que
“apoyarán localmente” cuando lo único que hacen es llevarse ganancias exorbitantes?
La cuestión histórica.
Llegar a un poblado que tiene orígenes prehispánicos para
filmar, sobre los reductos del antiguo Lago de Xochimilco, series que le dan
mayor importancia al dramatismo y la parte artística de su producción, en lugar
de enfocarse en darle fidelidad a la historiografía dentro de la obra, como se
puede observar en la serie Hernán (y
muy posiblemente en su contraparte de Amazon) es ya una falta hacia el interés por:
1) llevar información y conocimientos a la población
mexicana y mundial sobre la conquista, dejando detrás la violenta y sangrienta
lucha que junto a un etnocidio, terminó con gran parte de la población nativa.
2) hablar de la historia en la que en nombre de la religión,
la civilización y el (pseudo) progreso, se pisotearon, destrozaron y eliminaron
milenios de historia, de cultura y se impuso un orden colonialista dentro de un
esquema de desigualdad y racismo que hasta hoy en día se puede notar en gran
parte del país.
3) dar voz a los vencidos, al seguir protagonizando a los
vencedores, narrando la “llegada de
Cortés”, cómo este individuo dirigió y trabajó para conquistar un lugar y
no trabajarlo desde la visión indígena que bien podría darnos una perspectiva
completamente diferente.
4) darle su lugar a los pueblos originarios actuales de
la Ciudad de México, y en general, de todo México, quienes siendo descendientes
de esos pueblos precolombinos, son tomados únicamente como locaciones, sin
adentrarse a la situación de gran desigualdad que hoy se vive en prácticamente
todos las comunidades de origen indígena y prehispánico, hablando desde una
visión espacial, socioeconómica, cultural y por supuesto, ambiental.
5) Darle la verdadera importancia a un evento que comenzó
hace 500 años, dentro de los cuales México fue una zona en la que se implantó
el colonialismo (y no como únicamente como periodo histórico, sino como un
sistema de dominación basado en el clasismo y el racismo), se buscó eliminar
toda cultura que no coincidiera con la religión católica y el sistema
virreinal, durante los primeros 300 años, y con la ideología liberal de
progreso y nacionalismo que llegó y se implantó durante los últimos 200 años.
Los daños más allá de ser materiales, son simbólicos,
pero ese simbolismo implica grandes cargas históricas, pues la historia nos
conformó y el mostrarla únicamente como producto para el consumo y
entretenimiento, ataca no solo a las poblaciones prehispánicas que perecieron
ante un sistema de dominación que escudándose en la religión católica y la
civilización desde un enfoque evolucionista unilineal, sino que también ataca a
sus descendientes, sin darle espacio para el diálogo respecto al uso de sus
recursos, respecto al uso de sus orígenes, respecto a la reivindicación que
estos pueblos merecen ante la barbarie llamada orden y progreso.
La reivindicación de los pueblos originarios.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su
convenio 169, al cual México está adscrito, responde a los derechos colectivos
de los pueblos indígenas de todo el mundo, y si bien Atlapulco y los pueblos
originarios de Xochimilco ya no conservan en su totalidad las características
de un pueblo indígena tales como su lengua y vestimenta, permanecen los
sistemas de agricultura, las tradiciones religiosas con relación al ciclo
agrícola, atribuidas a una continuación de los ritos prehispánicos, que con la
colonia pasaron a ser parte de la religiosidad popular católica lugareña.
Lo anterior, junto a otros factores como el de
territorio, permiten a Atlapulco, Tlaxialtemalco, Acalpixca y demás pueblos
aledaños, considerarse como pueblos originarios, que según Gisela Landázuri,
son poblaciones que se asumen descendientes de los antiguos señoríos del
Anáhuac y que presentan una tendencia a tener agricultura (Landázuri, 2013), y
que Andrés Medina menciona que son el resultado de una reproducción social y
cultural que permitió forjarse como comunidad hasta nuestros días gracias al
establecimiento de órdenes religiosas de manera específica (Medina, 2007).
Ante la necesidad de acatar el convenio 169 de la OIT, y
ante la emergencia de movimientos indígenas en México, la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 2° expresa todos los derechos
que se deben garantizar, respetar y resguardar por parte del Estado, y la
Constitución Política de la Ciudad de México expresa claramente que “los
sujetos e los derechos de los pueblos indígenas son los pueblos y barrios
originarios históricamente asentados en sus territorios”, y en su apartado J, fracción
V menciona que “Las autoridades de la Ciudad de México en coordinación con los
pueblos y barrios originarios, protegerán los territorios respecto a las obras
urbanas, públicas o privadas, proyectos y megaproyectos, que generen un impacto
ambiental, urbano y social”, a lo que pareciera, no están haciendo caso.
La necesidad de una consulta que se llevara a cabo a los
poblados afectados, pero esencialmente a Atlapulco, era más que clara pues si
bien el terreno es de carácter ejidal, es parte de la población, forma parte de
su identidad, de su historia y de sus recursos naturales que tienen funciones
ambientales relevantes para todo el sur de la Ciudad.
La relevancia arqueológica.
Tras la investigación realizada por el equipo de Raúl
Ávila López La ocupación del espacio
lacustre: Investigaciones del Proyecto Salvamento Arqueológico Xochimilco,
se dio a conocer que en la zona ejidal, específicamente en el paraje conocido
como El Japón, se encontraron una
gran cantidad de restos arqueológicos y óseos que corresponden a los antiguos
pobladores del lago de Xochimilco (Ávila, 1995), y si bien gran cantidad de
estos hallazgos se realizaron en la década de los 90, recientes investigaciones
realizadas por investigadores del Instituto e Investigaciones Antropológicas,
indican que por medio de un estudio de fotogrametría, se localizaron una gran
cantidad de chinampas prehispánicas que se ubican en la zona norte del ejido,
justo el lugar donde se permitió el paso de una gran cantidad de camiones con
toneladas de cascajo después del 19-S.
Tales sitios arqueológicos, presumen los investigadores,
resistieron a la destrucción que se originaba por medio de la erosión natural,
pero también ante la creación de un distrito de riego no concluido por parte de
proyectos actuales, y lamentablemente una gran cantidad de estos sitios se
consideraban prácticamente vacíos de información arqueológica, sin embargo, el
relieve permaneció y las antiguas construcciones chinamperas se lograron captar
por medio de fotogrametría y el uso de sensores infrarrojos (Acosta, 2017).
Hoy sabemos que estos sitios están llenos de terracería y
que por ende es ahí donde se grabará la serie Mexica de Amazon, pues los
ejidatarios y autoridades de la CDMX mencionan que les permitieron el uso del suelo
precisamente por la presencia de tierras no utilizables para cultivo (por la
infertilidad que lleva el cascajo), o tierras perdidas como lo dirían algunos
ejidatarios que negaron el paso el día 5 de enero para la clausura simbólica de
los sets.
Si Amazon plantea grabar una serie sobre la historia de
la conquista y busca trabajar temas de la cultura Mexica, como lo dice su nombre, ¿por qué la ironía y total
incongruencia de hacerlo sobre sitios arqueológicos del periodo Posclásico
Tardío y el inicial de la colonia? Recientemente, un estudio realizado por
Edgar Alarcón Tinajero, que presentó para la Asociación Mexicana de
Antropología Biológica en el IIA de la UNAM, explicó que los restos óseos
encontrados en esa zona corresponden a individuos nativos, pero también se
presentan individuos con características europeas, por lo que plantea una
hipótesis que el lugar haya tenido uso antes, durante y después de la conquista
(Alarcón, 2019).
Justo de la conquista pretenden hablar series como Mexica y Hernán, pero su compromiso histórico, social y ambiental parece ser
nulo, ¿les importará rescatar esos sitios que usan como sets para rescatar
información más certera respecto a la época precolombina y posterior a la
conquista?, ¿tendrán algún compromiso con la historiografía que tanto ha
costado hacer desde la academia?, ¿acaso pensarán en que están usando un
espacio de relevancia para pueblos originarios, descendientes de los pueblos
atropellados por la conquista?, revisando todo lo anterior, y aunado al impacto
ecológico que ocasionan, parece que todas las preguntas se responden con un NO.
Consideraciones finales.
Consideraciones finales.
Es impactante que tanto las autoridades de la Ciudad de
México, el INAH, la UNESCO, Amazon y Grupo Salinas pasen por alto completamente
cosas de las que dicen estar orgullosos, y que supuestamente buscan llevar y
dar a conocer al público, pero ¿qué tan ético y congruente es hacerlo si actúan
contrariándose con cada acción?
Parece que Claudia Sheinbaum se dejó llevar por la
farándula, por el espectáculo y por la posible publicidad que le harían a la
CDMX y a Xochimilco (o eso quisiéramos pensar), el INAH no ha mostrado ningún
comunicado respecto al uso de estos sitios y parece que nuevamente quedarán
desolados ante las autoridades encargadas del patrimonio que en tiempos del
nacionalismo mexicano, fueron intocables. La UNESCO nombró a Xochimilco como
Patrimonio de la Humanidad por su sistema chinampero que se mantiene activo
desde tiempos prehispánicos, pero sería ilógico que no le importasen los sitios
de uso pasado tan valiosos como los actuales.
De las empresas como Amazon y Grupo Salinas, no hay mucho
que esperar, pues nuevamente, es el capital y sus intereses, velando no por el
bien común, no por la sustentabilidad, no por la historia y la reconciliación,
sino por sus ganancias, llevando farándula, actores y directores de renombre
para tratar de encubrir sus acciones con tal de decir que es parte de proyectos
que “traerán turismo, inversión y progreso”, pero ante todo ¿turismo para
quién?, ¿inversión de quién para quién?, ¿progreso para quiénes?
Además seguir considerando a la naturaleza como simples
recursos para su explotación y con eso la obtención de ganancias económicas,
solo llevará a la destrucción progresiva del lugar, o en el mejor de los casos,
al capitalismo verde, que no es sino una simple falacia, que promete
sustentabilidad sin atender a las diferencias de clase, sin atender a las
necesidades económicas lugareñas y rompiendo con estructuras sociales y
ambientales que han perdurado por milenios.
El artículo 59 de la CPCDMX en su apartado E menciona a
los derechos culturales, mismos que los pueblos originarios tienen total
derecho de reclamar, pues estos mismos pueden “mantener, administrar, proteger,
y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus
ciencias, tecnologías […]” entre otras, sin dejar de lado el “derecho a
preservar, revitalizar, utilizar, fomentar, mantener y transmitir sus historias
[…]”, la ley da a los pueblos el derecho, solo falta que lo reconozcan las
autoridades y las corporaciones, de otra forma, solo son las mismas palabrerías
de promesas a cambio de nuestras tierras, miserias a cambio de nuestra
historia, la desgracia a cambio de seguir sus caprichos.
Es menester replantear nuestras posiciones, reclamar lo
merecido, atender a la causa y llamar a la acción, para que las autoridades
locales y estatales respondan a lo que tanto se dicen actuar, protejan los
derechos que tanto orgullo les da al momento de hablar de la Constitución de la
Ciudad como una de las más avanzadas en el tema de pluriculturalidad, llamar a
las instancias internacionales para la protección ambiental y sociocultural, y
por supuesto, sacar a las grandes empresas de nuestros ejidos, de nuestros
pueblos y nunca más permitir que sus intereses pasen encima de nuestra
identidad, de nuestra historia y territorio.
Referencias.
Acosta, G. (2017) “El empleo de fotogrametría mediante
vehículos aéreos no tripulados (VANT/dron) como herramienta de evaluación del
patrimonio en riesgo: chinampas arqueológicas de Xochimilco” en Revista Española de Antropología Americana,
(47), pp. 185-197.
Acuerdo por el que se prueba el programa de manejo de
Área Natural Protegida con carácter de Zona de Conservación Ecológica “Ejidos
de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco” en Gaceta
Oficial del Distrito Federal, 11 de enero de 2006, Décima Sexta Época,
No.5, pp. 2-41.
Alarcón, E. (2019) Conferencia “La vida entre dos
imperios: la bioarqueología de San Gregorio Atlapulco colonial” presentada en
el Auditorio Jaime Livat King del Instituto de Investigaciones Antropológicas
de la UNAM el 25 de julio de 2019. Sesión de la Asociación Mexicana de
Antropología Biológica.
Ávila, R. (1995) Informe de las excavaciones realizadas
en el Distrito de Riego de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco. Proyecto de
Salvamento Arqueológico de Xochimilco, Instituto Nacional de Antropología e
Historia, México.
Declaración Núm. 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y
Tribales. Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas. ISBN 978-92-2-322581-0 (web pdf) www.oit.org
El
País (23 de agosto de 2019), “Javier y Carlos Bardem, al rescate del océano
Antártico” en El País
www.elpais.com/cultura/2019/08/21/actualidad/1566401579_512930.html
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Estudio de zonas impactadas por tiraderos clandestino de
residuos de la construcción en el Distrito Federal (2010), Procuraduría
Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México, p. 23-25.
EOT-02-2010 en www.paot.org.mx
Ficha Informativa de los Humedales Ramsar (FIR), Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas en www.conanp.gob.mx
Landázuri, G. “San Gregorio Atlapulco, Xochimilco: frente
a la vorágine modernizadora y urbanizadora” en Rodríguez, C. (2013) El México bárbaro del siglo XXI,
Culiacán, México. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco y
Universidad Autónoma de Sinaloa.
Medina, R. (2007). La
memoria negada de la Ciudad de México. México. Insituto de Investigaciones
Antropológicas, Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Pantoja, S. (23 de noviembre de 2019-1), “La nueva serie
de Grupo Salinas arrasa… pero un área natural protegida” en Proceso, www.proceso.com.mx/607955/la-nueva-serie-de-grupo-salinas-arrasa-pero-un-area-natural-protegida
Pantoja, S. (28 de diciembre de 2019-2), “Ahora es
“Mexica” de Amazon, la que arrasará Xochimilco” en Proceso, www.proceso.com.mx/6112444/ahora-es-mexica-de-amazon-la-que-arrasara-xochimilco
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